CPOL 2442 Verdad y Política

Secularización, liberalismo y democracia parecen operar como espacios que han roto sus vínculos con un sustento dogmático. ¿Pero es así? ¿Puede cualquier discurso autorizado prescindir de un nexo con la verdad, o con lo que es tenido por verdadero, con referencias comunes que ese discurso mismo crea a la vez que le sirven de fundamento? ¿Acaso, por el contrario, “la verdad” está ahí, como un espacio neutro, al que más nos vale ajustarnos de la manera más modesta y honrada que podamos? La metafísica científica traducida en dominio tecnológico, las relaciones de producción, de consumo y las maneras de vivir que se derivan necesariamente de “la naturaleza del mercado”, las formas políticas que se ajustan a la “naturaleza humana”, estarían a la base de modelos más adecuados con la realidad en la que los humanos nos desenvolvemos y con la realidad de “lo que somos”. Estas “verdades” han operado como ontologías que podemos llamar políticas, porque han fundamentado (o justificado) modos de vida en común históricamente triunfantes, y que serían triunfantes justamente por no ser utópicos. Si queremos construir formas de vivir juntos en las que, como decía Carl Schmitt, la verdad no acabe por vengarse, más nos valdría ceñirnos a esas ontologías. Pero la política también podría entenderse no como un lazo terapéutico o como una práctica cada vez más tecnificada para que las creencias políticas lleguen a buenos términos con principios ontológicos, sino como la ruptura con cualquier fatalidad anímica, natural y científica, como un espacio que no sólo puede sino que debe prescindir de principios ontológicos. ¿Es esta postura aceptable? ¿No tiene acaso más potencia creativa que cualquier forma de “realismo” político?

Por otra parte, pareciera ser que un proceso que viene tomando forma hace años se hace visible en nuestros días como un surgimiento, o un resurgimiento, de una búsqueda politizada de “autenticidad” -¡toda una palabra!. Esta búsqueda se traduce no sólo en la multiplicación de pensamientos políticos radicales, sino en interrogaciones que surgen desde el interior mismo del liberalismo, un imperativo de transformación ante algo que tal vez no sea exagerado llamar una crisis política de verdad o de sentido.

Créditos

3

Periodo en el que se ofrece el curso

201620

Idioma en el que se ofrece el curso

Español