LENG2552B Imagen y Sociedades

Partamos de una observación: en algún momento de nuestro crecimiento y formación, aprendimos a leer y a escribir. Se trató de un proceso largo, del que la educación escolástica se hace cargo, que nos transformó profundamente. Por el contrario, nunca nadie nos ha enseñado a mirar. Podríamos pensar que la visión sea un acto determinado únicamente por unas funciones físicas, cuyo ejercicio no necesita entrenamiento ni habilidades y cuyo trabajo sea esencialmente pasivo, de captación. Sin embargo esta respuesta no puede satisfacernos del todo. Sabemos en efecto que para nosotros, que somos seres culturales, mirar siempre es algo más y algo distinto al registro mecánico de la luz y la sombra alrededor nuestro. Al mismo tiempo, la imagen es algo más complejo que un objeto físico. Nuestro aprendizaje visual sigue normalmente las leyes del ejercicio individual, y en la mayoría de las veces no está acompañado por un proceso consciente, sino por el procedimiento del ensayo/error, típico de tantas otras prácticas humanas. Este aprendizaje informal nos lleva en todo caso a reconocer lo que vemos, a construir imágenes, usarlas en nuestro trabajo, hablar de ellas, intercambiarlas. La imagen es una forma a través de la cual la sociedad (nuestro entorno, las disciplinas en las que nos movemos y las instituciones que nos rigen) nos comunica constantemente un determinado orden de las cosas, su especial mirada sobre ellas, su ideología: para que una imagen exista, se tuvo que decidir qué mostrar en ella y qué excluir, qué legitimar, bajo qué forma y qué orden. En este sentido, la imagen es un dispositivo, algo que nos pone en relación con el mundo y que al hacerlo lo construye. Un dispositivo completamente distinto al del lenguaje verbal. Conocer mejor las imágenes, saber cómo funcionan y preguntarnos sobre su forma específica de vehicular sentidos, de reproducir poderes y jerarquías, es algo que se ha vuelto cada vez más importante. No solamente porque las imágenes hacen insistentemente parte de nuestro entorno, sino porque, si vivimos en un mundo que las usa constantemente, también vivimos en una sociedad que las teme y las considera peligrosas, como si estuvieran poniendo en movimiento un mecanismo maléfico de engaño y manipulación. No hay que remontarse hasta Platón para reconocer una larga historia de sospecha e iconoclasia frente a ellas; el debate contemporáneo frente a lo representable, imaginable y visible (del horror, de las guerras, de los abusos) sigue ocupándose de esas cuestiones. ¿No sería por lo tanto útil que nuestra formación integral, reflexiva y crítica incluyera también unos rudimentos sobre las imágenes, en el sentido de propiciar una reflexión y un ejercicio de observación más responsable? ¿No sería también útil pensar en las imágenes no solamente como un objeto proprio de la estética, sino como algo con lo que todos tenemos que hacer cuentas? El curso “Imagen y sociedades” se propone justamente en ese sentido. Quiere dar al estudiante la posibilidad de conocer algo más de la dimensión visual, reflexionar sobre ella y sobre el papel que tiene en nuestra sociedad, en nuestra vida privada y profesional.

Créditos

3

Periodo en el que se ofrece el curso

201720

Idioma en el que se ofrece el curso

Español