CPOL2426B Religión y Política
Acontecimientos políticos en las décadas de los 70's y 80's, tales como el movimiento de la solidaridad en Polonia, la revolución iraní de 1979, o el papel de cierto catolicismo en la revolución sandinista en Nicaragua, llevaron a sociólogos contemporáneos a plantearse la pregunta por el creciente papel público de las religiones en procesos políticos progresistas, o emancipatorios, en el contexto de las sociedades contemporáneas (Casanova 1994); y, en consecuencia, a plantearse el problema de hasta qué punto y cómo se podría estar poniendo allí en cuestión el "secularismo" como característica distintiva de los Estados modernos, y la comprensión del sujeto y la agencia política que están a la base de dicho paradigma normativo. Este cuestionamiento iniciado hace algunas décadas de la sociología en torno a las teorías clásicas de la secularización, y de la filosofía política en torno al secularismo como principio normativo constitutivo del Estado moderno en Occidente, debe necesariamente entrar en diálogo con el vasto trabajo que en el campo de la antropología, la historia de las religiones, la teología y la mitología, y los estudios interdisciplinarios sobre las religiones, en general, se ha realizado con el fin de comprender la especificidad del fenómeno religioso en la experiencia humana (individual y colectiva); la ambivalencia de la religión como fuerza configuradora de formas de agencia e institucionalidad política que tienden en ocasiones a estabilizar un orden social para defender los privilegios de ciertos grupos sobre otros (Voegelin 2001), o en ocasiones a promover transformaciones políticas y culturales en contra de formas de desigualdad, violencia y dominación (Mahmood 2009); o el papel también ambiguo de la religión en procesos de construcción de paz y reconciliación tras conflictos armados violentos (Appleby 2000), o en la emergencia de nuevas formas de violencia bélica (Asad 2007).
De este diálogo entre una sociología y una filosofía política de corte más normativo que se esfuerza por re-definir y relanzar la comprensión liberal del Estado ante acontecimientos históricos de las últimas décadas que la problematizan, y otros trabajos en las ciencias sociales de corte más histórico, etnográfico, o genealógico, surge un panorama complejo en el que se despliegan diversas formas como puede estar lo religioso imbricado en lo político; y en donde se complejizan las implicaciones éticas, políticas y culturales también diversas, en ocasiones incluso en disputa, que estas imbricaciones pueden tener en escenarios históricos disímiles. Este curso busca enfatizar esta complejidad polivalente y multifacética de las relaciones entre lo religioso y lo político, y hacer a los estudiantes partícipes de algunas de las más destacadas herramientas teóricas que se han desarrollado en las ciencias sociales en las últimas décadas para analizarlas.
El curso responde así a la necesidad de someter a una reflexión teórica crítica los esquemas de comprensión, generalmente pobres y poco reflexivos, con los que se suelen evaluar en nuestro país los fenómenos político-religiosos. Sobre el origen de esos esquemas podrían mencionarse algunos motivos. Por un lado, la presencia mediática de la religión está frecuentemente asociada a eventos de violencia, intolerancia, discriminación o escándalos sexuales. La religión se vuelve tema cuando ISIS realiza un atentado, cuando un racista cristiano agrede a miembros de la comunidad negra en los EEUU o cuando algún miembro de la iglesia católica es acusado de pedofilia. Cuando las tradiciones religiosas se han vuelto desconocidas para muchos jóvenes, la única imagen que queda de la religión, en general, es la de un arcaísmo cultural asociado a hechos moral y políticamente censurables. A esto se suma, en segundo lugar, lo que podría denominarse el secularismo irreflexivo y en ocasiones dogmático de una parte de nuestra intelligentsia liberal, en virtud del cual se suele difundir con la ocasión de debates coyunturales una concepción bastante unilateral de qué significa la religión que la contrapone, como si no existiesen más posiciones posibles, al pensamiento “moderno”, esto es, a la antropología y la noción de orden político propios del pensamiento democrático-liberal.
Familiarizando a los estudiantes con la complejidad de los problemas teóricos que se ponen en juego cuando se trata de las relaciones entre religión y política, de la ambivalencia de las implicaciones prácticas a las que estas relaciones pueden dar lugar en contextos histórico-culturales diversos, se busca que ellos y ellas desaprendan estos “tics ideológicos” que su medio tiende a inculcarles, y fomentar así una mayor sensibilidad hacia el pluralismo religioso de facto y la existencia de muy diversas minorías religiosas en nuestro país y en el mundo contemporáneo, y las implicaciones de sus discursos y prácticas a la luz de problemas sociales, culturales y políticos acuciantes de nuestra contemporaneidad.
Problemas que resurgen en acontecimientos recientes que confirman este creciente papel público y político de diversas religiones en conflictos sociales a lo largo y ancho del mundo: el papel de las prácticas y los discursos de la religión Islámica en las manifestaciones sociales en el oriente medio que se han agrupado bajo la rúbrica de la “primavera árabe”; o la así llamada "guerra contra el terrorismo" que se desplegó con efectos profundamente destructivos en el Oriente Medio bajo la inspiración de una vertiente de la teología cristiana con una larga historia, la de la guerra justa; o fenómenos en Latinoamérica tales como la re-activación de estructuras mitológicas de las religiones amerindias en el marco de las luchas políticas de algunos movimientos sociales, o incluso, de algunos proyectos de Estado (como es el caso de la aparición de elementos de la mitología Quechua en el preámbulo a la constitución de Bolivia).
Periodo en el que se ofrece el curso
201810
Idioma en el que se ofrece el curso
Español
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