La Unidad “Desde y hacia una escala humana” propone el desarrollo de una arquitectura que articule las necesidades de una comunidad particular con las propuestas de promotores y administración. Se trata de una arquitectura intermedia entre el urbanismo bottom up, de carácter efímero, y la arquitectura tradicional construida con materiales de larga duración. Es una arquitectura que, por sus procesos de desarrollo, la utilización en lo posible de materiales de bajo costo y las técnicas utilizadas, permiten su construcción mediante procesos colaborativos con la comunidad.
El curso de proyectos se centra en la actividad humana como detonador de nuevas arquitecturas que transformen la ciudad construida; estas arquitecturas serán desarrolladas sobre espacios urbanos que representen oportunidades de intervención. Su objetivo es analizar hábitos urbanos, buscando identificar la relación de los habitantes con el espacio vacío y con los edificios, con el fin de formular estrategias detonadoras de dinámicas y procesos sociales y la formulación de acciones u operaciones que permitan su materialización. Este enfoque pone sobre la mesa temas que por lo general están ausentes en el planeamiento de la ciudad.
Así, los fragmentos de ciudad observados, las arquitecturas y los habitantes, serán decisivos en la resolución de los proyectos; los detalles, las formas de vida y la intuición deberán formar parte de la generación de nuevas dinámicas que transformen no sólo los espacios físicos, sino también las relaciones sociales. Para esta Unidad, actuar sobre la ciudad no será únicamente resolver problemas, sino resaltar la riqueza y significado de los lugares, crear lugar donde no existe, introducir nuevos elementos de referencia, generar carácter y clarificar las situaciones que potencialicen el sitio.
Los proyectos por desarrollar en este curso pueden definirse como locales (por su interés comunitario), creativos (por ser innovadores y hacer experimentación), de una duración de mediano plazo (por ser temporales, no definitivos), de bajo costo (por su compromiso social), informales (por su carácter espontáneo y no reglado) y regeneradores (por especializarse en la renovación de áreas en estado de abandono)1 .
Por su parte, en el curso de herramientas se apoyará el proceso del proyecto a partir del desarrollo e implementación de metodologías de trabajo con la comunidad en donde se identifiquen actores, procesos de gestión y diálogo y se estudien otros referentes similares. Se recolectarán también las experiencias de trabajo en las comunidades a partir de la identificación de saberes y recursos con los que se cuenta 3 en el lugar de trabajo. Se trata de potenciar estas experiencias para reinterpretarlas y/o aplicarlas según las situaciones que se presenten.
La Unidad propone la aplicación del aprendizaje activo en donde las enseñanzas no provienen únicamente de los resultados obtenidos, sino de los procesos de intercambio con otros y de la construcción de comunidad que implica su desarrollo. Por lo tanto, es una oportunidad para que, a partir de experiencias en el mundo real, estudiantes, profesores y comunidades amplíen su conocimiento. Las experiencias afirman que cuando a los estudiantes se les revela la ciudad de esta forma, miran con respeto los lugares anónimos, olvidados, deteriorados y los ven como espacios potenciales para la acción colectiva y la revitalización.